No me encuentro

domingo, 29 de noviembre de 2009

Misivas mortuorias anónimas un jueves-noche cualquiera (o de como a Target le llegó un ataud azúl por debajo de la puerta)

En el primer post que escribí ya dije que mi vida está llena de momentos surrealistas y situaciones extrañas de todo tipo.
La historia de hoy engloba lo surrealista y lo patético (gracias a mi, que me esfuerzo en que todo momento en mi vida esté marcado con cierto grado de idiotez), pero tiene un final... sorprendente.

El jueves 26 de noviembre, volvía de hacer un reportaje fotográfico en Gandía que me dejó hecha polvo, por lo que no tenía muchas ganas de salir. Me quedé sola en el piso, ya que una de mis compañeras es una tránsfuga y la otra había quedado, me hice la cena, vi un capítulo de "Me llamo Earl", me dispuse a recoger la mesa y cuándo pasé por delante de la puerta de entrada a la casa me encuentro un sobre azul con un ataúd.

En ese momento sufrí un infarto que estuvo a punto de matarme, pero rápidamente saqué el desfibrilador del armario, me di un par de descargas y volví al lugar dónde había encontrado el sobre.
Cuando lo vi lo primero que pensé fue "Los cabrones de mis vecinos Erasmus van a matarme" (cualquiera que me conozca un poco sabe que siempre que hay un Erasmus cerca de mi hay brega). Me puse en tensión, preparada para pelearme como un gato panza-arriba. Con el sobre en la mano, apagué todas las luces, me quité las zapatillas, me acerqué a la mirilla de la puerta con sigilo. En el rellano no había nadie. Salí y me acerqué a la puerta de mis vecinos. Solo se oía la tele. Um... qué sospechoso.
Volví a entrar a mi casa y cerré con la máxima suavidad que permite una puerta de 20 años. Me metí en la habitación y me puse a abrir el sobre como si en su interior hubiera Goma-2, con unas pinzas de depilar y un cuchillo para untar mantequilla (con estos Erasmus no te puedes arriesgar).
Cuando ya estaba a punto de llamar a Michael Knight para que viniera a socorrerme, pude abrir el sobre. En el interior estaba esta foto:


En un futuro no muy lejano el ambiente se volverá azul por la radiación
y lo veremos todo como en esta foto.

Esta foto está tomada en la "pared de las estrellas" del Campus de Gandía, con una cámara Brownie Kodak 127 de 1959. Aunque parezca retocada, la foto está escaneada tal cual, salió así, velada en azul.
En el momento que vi la foto supe que el ataúd azul me lo había colado el Sr. Santero por debajo de mi puerta para darme un susto de mortal. ¿Quién, si no él, sabría mi obsesión por los ataúdes azules, la fotografía antigua y las cacofonías?
Una vez más, muchas gracias Sr. Santero por esta sorpresa, espero que surjan más ocasiones para lucir la Brownie.


Target in a blue world

1 comentario:

Pi dijo...

Brownie, como esas cosas tan ricas hechas de chocolate :)~

Tu vida es como una peli de los Coen.

Saluditos desde aquí :*